María José Juárez – Nutricionista Colegiado Activo 6038
La leche aporta toda la energía y nutrientes necesarios para el ser humano, es un alimento fundamental que proporciona una gran variedad de nutrientes de excelente calidad en la infancia, la adolescencia y la edad adulta; ofrece un buen balance entre proteínas, lípidos, minerales y carbohidratos, algo difícil de encontrar en otros alimentos.
Por mucho tiempo las personas han tenido miedo a los lácteos por su contenido de grasa, la han categorizado como una “grasa mala”, a pesar de ello, el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación de la Universidad Autónoma de Madrid en su artículo “La grasa láctea: una fuente natural de compuestos bioactivos” menciona que no hay razones para excluir el consumo de grasa láctea de la dieta de forma generalizada a toda la población, por no existir evidencia de la asociación entre el consumo moderado de productos lácteos y el riesgo de padecer enfermedades y que por el contrario, los productos lácteos enteros parecen aportar efectos beneficiosos para la salud del consumidor sano.
La fuente de la que proceden estas grasas, en este caso los productos lácteos, juegan un papel fundamental ya que aportan ácidos grasos esenciales, que son llamados así porque el ser humano no puede sintetizarlos, los cuales son importantes para el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso y la retina. Además, son necesarias para la absorción de las vitaminas liposolubles (vitaminas solubles en grasa) A, D, E y K y son las responsables de darle el mejor sabor a los alimentos.

Por tal razón, la grasa de la leche y sus derivados no son perjudiciales para tu salud, al contrario, consumir las cantidades diarias recomendadas de 2 a 3 raciones de productos lácteos Trebolac, puede ayudar a mantener tu salud ósea y prevenir algunos factores de riesgo cardiovascular como la diabetes tipo II, la hipertensión y la obesidad.